Capitulo 4: Flore Lumen
Era el 15 de mayo por la mañana, en tres países
diferentes, tres chicas diferentes, salían de sus casas, iban a emprender un
viaje a un sitio…Emm ¿Cómo era?...Ah, si, Flore Lumen. Un lugar extraño, luego entenderán.
Eran las 10 de la mañana en Grecia, Meredith
estaba en el aeropuerto, esperando a que alguien apareciera con alguna
información para ella, pero no había nadie, estaba sola con dos maletas
cargadas de cosas y con un ramo de violetas, ¿Y si todo había sido solo una
broma? Estaba a punto de irse, cuando un señor de traje la detuvo.
-¿Es usted Meredith Antzas?-Dijo, tenía una voz
grave y áspera.
-Sí, señor.-Dijo, un poco nerviosa.
-Vengo a recogerla de la Sociedad de las Coronas
de Flores, acompáñeme.-Dijo y salió por la puerta, con Meredith atrás, se
dirigían al estacionamiento, a una limosina negra y brillante, el señor le
abrió la puerta y ella entro, despacio. Cuando termino de entrar y acomodarse,
el señor cerró la puerta de un portazo tan fuerte que debió escucharse hasta
China.
Eran las 10:30 de la mañana en Australia y Lucy
Jhonson se hallaba en el aeropuerto, con un libro, sentada encima de su maleta,
esperando a que la buscaran. Ya iba por la pagina 86 y se lo había empezado esa
misma mañana ¿Habría pasado algo? ¿Y si se olvidaron de ella? Uff, cualquiera
que fuera el problema, que se resolviera pronto, sus herberas empezaban a
marchitarse. Lucy levanto la cabeza y se dio cuenta de que al lado se había
puesto un señor alto y de traje.
-¿Es usted Lucy Jhonson?-Le dijo, con una voz
grave y áspera.
-Si, así es. ¿Es usted de la Sociedad de las Coronas
de Flores?-Se apresuro a preguntar.
-Sí, así es. Sígame-.Empezó a caminar hacia el
estacionamiento, Lucy lo siguió, tambaleándose un poco. Llegaron a una limosina
negra, el señor de traje abrió la puerta y Lucy entro con su maleta y vio que
no era la única, también estaba ahí una chica de pelo negro y ojos grises. Supuso
que esa era una de las otras compañeras. El señor cerro la puerta fuerte, y
segundos después siguió con el camino. Tal vez se entendieran.
-Hola-.Le dijo, pero ella parecía no
entenderla. Pensó en como comunicarse; se le ocurrió una idea, saco su iPod de
su maleta y se lo ofreció, como si estuviera preguntando “¿Quieres escuchar?”
Ella asintió. Se puso cada una un audífono
y se escucharon a Cody Simpson, un cantante australiano.
Eran las 11 de la mañana en Francia, Alejandra
Moreau llevaba horas esperando en el aeropuerto, estaba comiendo una bolsa de
papitas que compro en una maquina, estaba muerta de hambre. Se harto, salio del
aeropuerto y, sin darse cuenta que venia una limosina, cruzo la calle, hasta
que la limosina se paro en seco delante de ella. Bajaron la ventanilla.
-¿Es usted Alejandra Moreau?-Dijo el chofer,
con una voz grave y áspera.
-Aja.-Asintió, todavía impactada.
-Suba.-Le dijo, ella obedeció, pero al entrar
vio que no estaba sola, había ahí dos chicas mas, escuchando música de un iPod.
Cerró la puerta e inmediatamente el carro arranco.- Siguiente destino: Flore
Lumen.-Anuncio. Las chicas saludaron con la mano a la chica nueva y se quitaron
el iPod, para no ser maleducadas.
Como una media hora después, todo seguía igual.
Callado, nadie decía ni una palabra. Todas morían de hambre. Luego, Meredith
recordó que tenía un chicle en su maleta, lo saco y lo ofreció con la mano, las
demás agarraron, pero a Alejandra se le callo el suyo.
-¡Rayos!-Grito, las otras dos se volvieron a
ella, impresionadas, la habían entendido, ambas ¿Era eso posible? Pero claro
que no.
-Te entendí.-Dijo Lucy.
-Yo te entendí.-Dijeron Alejandra y Meredith al
mismo tiempo. ¿Qué pasaba ahí?
-¿Cómo es esto posible?-Pregunto Lucy.
-Pues, ya están en Flore Lumen.-Dijo el
chofer.-No pregunten como ni porque, eso lo sabrán luego.-Todas se miraron
sorprendidas, eso si que era increíble
Segundos después, se encontraban en una mansión
enorme, del tamaño de un palacio, toda de ladrillos y con árboles Cherry
Blossom por todos lados. Había un camino que daba directo a la enorme puerta,
era de piedra rodeado por todo tipo de flores. Caminaron por todo el camino
hasta la puerta con sus maletas; en la puerta había una señora de unos 48 años
de edad, con una peluca morada claro, con una falda larga rosa claro, un blazer
fucsia y una camisa manga larga del mismo color que la falda; maquillada con
unos labios fucsia y una sombra de ojos del mismo tono que la peluca y unos
lentes completamente blancos.
-Hola chicas, soy la Sra. Mixie.- Les dijo con una
sonrisa.-Acompáñenme.-Dijo entrando al “palacio”. Dentro era magnifico: piso de
mármol pulido con dibujos de flores, en el techo caía un candelabro de cristal
con detalles florales, una escalera principal con una tela de terciopelo rojo,
y unos, por lo menos, 200 pisos. Cada una
miraba para un lado, impresionada.-Bienvenidas a La Semine mater.-Dijo,
mientras se detenia delante de una puerta de madera, la abrio y entraron todos. La
oficina era toda toda de cristal, y lo más raro era, que no se veía nada de la
oficina desde afuera, la pared de atrás estaba llena de libros y libros y
libros, pero no había mas nada, solo un escritorio viejo azul turquesa claro
con la pintura desgastada y la silla de atrás, en la que segundos después se
sento la Sra. Mixie ,
era una mecedora que no se movia.
-Sra. Mixie, no quiero ser grosera,
pero, ¿Qué hacemos aquí, exactamente?-Pregunto Meredith.
-Como ya saben son parte de la Sociedad de La Coronas de Flores…
-¿Qué es eso?-Dijo Lucy, cortando lo
que se veía como un “discurso”
-Pues, son de las pocas chica en el mundo que son parte
de esta asociación, las escogimos a ustedes y al resto porque tienen una
particularidad en común: sus ojos, los ojos de todas son diferentes a los
normales azules claros o verdes normales o marrones, las escogen con ese color
de ojos ciertas personas, lo verán en la primera clase…
-¿Primera clase?-Preguntaron toda al
unisonó.
-Sí, no creerán que esta asociación
es un club, porque no lo es, es una especie de escuela, que las entrena.
-¿Para qué?-Dijo Alejandra.
-Esa pregunta tendrá que esperar.
Ahora quiero que las lleven a su habitación, es una para las tres, para que
aprendan a estar juntas desde el inicio. Las veré luego.- El señor las acompaño
a través de aquella especie de asociación-palacio-escuela y las llevo a las
escaleras, ninguna de ellas estaba consciente de lo enorme que era ese lugar o
de cuentas pisos tenía hasta que pisaron el primer escalón, ya que desde ahí se
podían ver el resto de las escaleras que había perfectamente acomodadas, todas
blancas y pulcras; el señor las acompaño hasta el piso 22, donde se encontraba
su habitación, tenía una puerta blanca con los nombres Meredith, escrito en
gris, Lucy, escrito en fucsia, y Alejandra, escrito en verde neón.
-…De…be…Deberían
po…Poner…Ascensores-.Dijo Lucy jadeante, todas llegaron casi empapadas en
sudor, a excepción de el señor.
-Esta es su habitación, hoy tienen
el día libre para hacer lo que quieran, el almuerzo es a las 13:00 p.m., dentro
de 30 minutos, así que cámbiense y estén listas, nadie falta a la hora de una
comida, la cena es a las 18:35 p.m., que disfruten en Flore Lumen.-Dijo, y se
fue por las escaleras.
-¿Alguien más cree que ese tipo es
raro?-Comento Alejandra y las demás levantaron la mano. Alejandra se acerco y tomo el pomo de la puerta
y la abrió, entro, impresionada, seguida de las otras chicas, todas
impresionadas, ese cuarto era pequeño, pero tenía un millón de cosas; había una
estantería llena de libros, un mini-refri, un mini-jardín, tres camas, un
balconcito, un guardarropas, una pizarra de corcho donde ya había papeles
puestos y una mesa de estudio. Había seis paredes y cada una estaba pintada con
un color: las primera, era gris, donde se encontraba la pizarra y la mesa de
estudio, la segunda era violeta, donde había una cama con dosel violeta en
degrade, en la pared estaba escrito “Meredith” en blanco rodeado de violetas
grises; la tercera era verde, ahí se encontraba el mini-refri y el mini-jardín,
la cuarta era roja, también había una cama con dosel, pero el dosel era
completamente blanco, y en la pared decía “Alejandra” en blanco con rosas
verdes; la quinta era fucsia, ahí estaban los libros y el balconcito, la sexta
era rosada ahí estaba la tercera cama con dosel azul mar, estaba escrito “Lucy”
en letras blancas y herberas fucsias, después de esa pared había otra, en la
que estaba el guardarropas, esa pared tenia alrededor del guardarropas con violetas,
rosas y herberas rosadas, este era su nuevo cuarto, su nueva vida empezaba ahí,
pero lo que no sabían era que también empezaban una misión que no conocían.
¿Les gusto? Espero que si, po ahora sigo empezando el 5 capitulo, asi que comenten que tal te parecio :D
Luci
ok. lucia, no quiero que te sientas mal por esto pero esta es mi opinion:
ResponderEliminarEL LIBRO NO TIENE SENTIDO
1: no era en la epoca anigua? como va a haber un mini refri y un ipod
2: australia esta rodeada por mar, no se puede ir en limusina
3: estarian muertas de hambre si han viajado tanto tiempo en carro, es como ir a china en carro
4: ninguna persona en el mundp puede tener ojos fucsias o verdes neon o grises, si acaso morados ( muy raros), verdes olivo,o negros
esa es mi opinion perdon si te ofendi
1 NO estan en una epoca antigüa
Eliminar2 La idea es en el aeropuerto, perdon si te ofendo pero usa la imaginación
3Obviamente NADIE puede tener los ojos asi, recuerda USA LA IMAGINACIÓN
4 Me gusta que lo leas, pero si lo lees, parale a lo que lees, no quiero ofenderte ni nada, pero esa es mi respuesta
Lucia, creo que debes seguir escribiendo tu cuento como tu te imaginas que es. Existen muchas historias contadas desde lugares que son creados por los autores. Los escritores son precisamente creadores de historias, lugares, fantasías, colores, olores, personajes y un sin fin que ya tu sabes por haber leído tanto el alcance que tiene...
ResponderEliminar¡¡¡Sigue escribiendo!!!
En Australia hay limosinas, barcos, carros, bicis, helicopteros, tractores...que este rodeada de agua no significa que no se pueda llegar.