Mi mundo en un blog | Lucia Peralta

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domingo, 21 de abril de 2013

El banco de los recuerdos


Relato: 

El banco de los recuerdos. 

El Sol se estaba poniendo y yo estaba sentada en los tubos que habían en el patio de mi casa, la luz era anaranjada con azul oscuro y destellos plateados. Me volteé y vi que, en lo más oscuro del patio, estaba el banco blanco, estaba ya algo oxidado y casi no tenía pintura, y tenía esos adornos antiguos. Pensé: "Si siempre ese banco ha estado allí y me ha llamado tanto la atención ¿Por qué nunca me había acercado?"
Era cierto, siempre que me acercaba un poco, me devolvía ¿Por qué? Todavía no lo sé. Mientras me decidía si iba o no iba, se hizo de noche, vi el cielo, me baje de los tubos y decidí ir. Me acerque, estaba justo delante del banco, toque el metal oxidado, estaba frío, me senté delicadamente, espere a que algo pasara, después de unos 2 minutos me dio sueño, ni lo pensé, y ya estaba dormida en el banco.
-¿Está despierta?-Oí que decía alguien, una niñita.
-No, Clara, acaba de llegar-Decía una señora, que por la voz se notaba que era adulta, abrí los ojos despacio, había una niña pequeña, bajita, de pelo rubio con dos trenzas y de ojos azules, al lado había una señora adulta, alta,  también rubia, tenia el pelo recogido con un moño, tenía los ojos azules.
-¡Esta despierta!-Dijo la niña.-Hola.-Me dijo emocionad-Soy Clara.
-Mi mama también se llama Clara.-Le dije, la niña sonrío, de hecho, mi mamá era pelirroja, pero pintado, me contó que ella era rubia de pequeña, y ella también tenia los ojos azules.
-Ya, Clara, vete a jugar.-Dijo la señora. La niña se fue.-Hola, soy Meredith, se que estas confundida, pero te explicare.-Me tendió la mano, luego me di cuenta que estaba acostada en el banco, pero no estaba oxidado, parecía recién pintado.  Agarre su mano y me pare.
-¿En donde estoy?-Pregunte, mire a mi alrededor, había una casa, igual a la mía, solo que pintada de azul, y en vez de tubos en el patio, había un huerto.
-En tu casa-Me dijo Meredith, la mire confundida.-Te lo explicare, yo soy tu abuela, y esa niña que esta ahí, es tu mamá.
-¿Qué qué?-Dije-Pero, mi abuela se llama...
-Cristal Meredith Rosas-Me interrumpió. Lo pensé, tenia razón.
-¿Como llegue aquí?
-Por el banco; te sentaste en el banco de los recuerdos y aquí estas, en los recuerdos de tu madre, pero como es la primera vez que vienes, no los podrás ver todavía.-Me explicó.
-¿Clara...? Dijo ¿Mi madre sabe algo?
-No.-Dijo, de repente empezó a oler a caldo.-Esta listo el almuerzo.-Me dijo.-Ven, quédate un rato.
-Claro-Dije, empezamos a caminar hacia la casa. Cuando entre la casa era distinta, había una mesa de madera donde debía estar la sala, las escaleras al segundo piso eran de piedra de granito, en mi casa eran de madera. En donde debía ser la sala, donde estaba el mesón, también estaba la cocina, estaban cocinando caldo de pollo. Meredith...Mi abuela, sirvió el caldo.
-¡Clara, a comer!-Le grito desde la puerta, ella entro y se sentó en la punta, yo me senté al lado, y Mere...Mi abuela (todavía no me acostumbro) se sentó al lado mío. Después de comer Me..., mi abuela mandó a Cla..., mi mamá a su cuarto.
-Ven, quiero enseñarte mi cuarto.-Dijo, me agarro la mano y me llevo a su cuarto, estaba en el 2º piso, a la izquierda, al igual que el mío, tal vez fuera el mismo. Entre, y definitivamente era el mismo; la ventana, en el mismo sitio, el piso de madera y...un poco resbaloso, era el mismo cuarto.
-¿Te gusta?-Me pregunto.
-Me encanta.-Dije, al lado de la ventana estaba la cama, de madera, perfectamente hecha. Tenía al lado una cesta grande, llena de juguetes. Me senté en la cama y ella al lado mío. Sacó de la cesta una muñeca de trapo, le empezó a peinar con la mano el pelo pelirrojo.
-Sabes, algún día, me gustaría tener el cabello pelirrojo como ella.-Me confesó.
-Creo que, podrás.-Le anime
-¿Enserio?-Asentí. Ella se hecho en la cama.-Voy a dormir un rato.-Me dijo.-¿Estarás aquí cuando despierte?
-Probablemente no.-Le dije.
-En ese caso, fue un placer conocerte.-Me dijo, se volteo y se quedó dormida.
Salí del cuarto y vi que mi abuela (ya me acostumbre) subía las escaleras.
-Quiero que veas mi cuarto.-Dijo, la seguí hasta el otro lado. Entramos a su habitación, la misma de mi mamá, solo que con diferente cama, y solo que mi abuela tenia un tocador de madera, que tenía varias cosas regadas, me senté en el taburete de madera que había ahí, vi un collar de cadena dorada, con un cristal en forma de gota, hermoso, simplemente, hermoso. Lo agarré y me lo probé delante del espejo.
-¿Te gusta?
-Si, es hermoso.
-Tal vez, algún día, podrías tenerlo.
-Tal vez.-Me lo quité y lo puse en su sitió.-¿Que hora es ya?
-Las 4:00 P.M.
-Creo que debería irme ya.-Dije-¿Como vuelvo?
-Sentándote otra vez en el banco. Te acompaño.
Bajamos hacia el patio, llegamos al banco y me despedí. Me senté en el banco y me quedé dormida.
-¿Hola? Despierta.-Oí que me decían, abrí los ojos y era mi mamá, estaba en mi casa, solo que ya era de día.
-Hola ma.
-Así que ayer te quedaste dormida ahí.
-Sip.-Vi que traía algo en sus manos, una cajita.-¿Que es eso?
-Esto te lo trajo tu abuela ayer en la noche.-Me dio la cajita y la abrí, era el collar de cristal con forma de gota. Sonreí.
-Dijo que te gustaría.
-Tenía razón.


¿Les gusto? Como es mi primer relato, no creo que sea muy bueno, pero si les gusto, perfect.

La chica fantasiosa






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